viernes, 27 de abril de 2012

> Reducir las desigualdades, no las ayudas


La cooperación española para la ayuda al desarrollo prevé una rebaja al 0,25% del PIB  para el 2012. Centra los esfuerzos en las regiones más empobrecidas de Iberoamérica, en aquellas del norte de África embarcadas en una transición democrática, en África subsahariana Occidental y a programas que tengan que ver con los sectores de agua, salud, educación y buena ‘gobernanza’.

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha explicado en su primera intervención ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso las líneas generales de los recortes de España en la cooperación internacional debido a los problemas económicos. Ha reconocido que en épocas de crisis como la actual habrá que “hacer más con menos” y buscar “más calidad, más eficacia y más transparencia y un mayor impacto” de la ayuda al desarrollo. El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, en su gobierno ya anunció que España no podría asumir la meta de llegar al 0,7% del PIB en ayuda para el desarrollo. Según el diario El País, “al menos 900 de los más de mil millones que debe recortar el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación corresponderían a las partidas de la ayuda al desarrollo[…]”.  Esta reducción obliga a seleccionar las organizaciones que mejor administren los recursos en la lucha contra la pobreza. En concreto, ha citado organismos que priorizarán el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, UNICEF, ONUSIDA y ONUHABITAT.

Diversas ONG como Intermón Oxfam, Entreculturas y Manos Unidas muestran su preocupación ante los recortes de 1.016 millones de euros, el 40% respecto al presupuesto del 2011, que pueden afectar a derechos importantes del ser humano como la educación y la salud. El Director del Instituto de Salud Global de Barcelona, Pedro Alonso, insiste en que "hay que explicar bien a la sociedad española que a base de recortar la cooperación internacional no vamos a arreglar nuestro déficit. Rebajar la ayuda no soluciona nada a España y, sin embargo, son millones de euros que dejarán de resolver problemas para los más desfavorecidos". La sensibilización y el fomento de una cultura de solidaridad global son las prioridades del Plan Director 2009-2012 de la Cooperación Española. La pobreza y la desigualdad entre países ricos y empobrecidos son problemas de importancia mundial. Los resultados de la encuesta llevada a cabo por la Fundación Bill y Melinda Gates en colaboración con UNICEF España, reflejan claramente que a pesar de estar en una política de austeridad debido a la coyuntura económica, la opinión pública española apoya mantener el compromiso económico de ayuda internacional. Indican que “el 55% de la población española cree que destinar un 0,46% del PIB es ‘muy poco’ o ‘solo razonable’. Los jóvenes de entre 18 y 24 años son los que más desean un incremento de la ayuda”. Esto contrasta con lo recortes planteados por el gobierno sobre las ayudas a las personas más desfavorecidas. La reducción del gasto va más allá de perjudicar la posición de España en el mundo pues, cada euro invertido ayuda a salvar vidas.  Gracias a una contribución moralista o interesada, España se ha hecho lugar en el G-20, ha aspirado a presidir la FAO y figura entre los principales donantes del Fondo Mundial contra el Sida.

La reducción de las remesas por la crisis no es la respuesta más favorable hacia el cumplimiento de los Objetivos del Milenio (ODM) por parte del Gobierno y tampoco la más compartida por los ciudadanos. Esto genera un ambiente con esencia egoísta sobre qué es lo mejor que se puede hacer y cómo repartir el dinero en tiempos económicos desfavorables. Es comprensible que quienes se vean más castigados por la crisis, estén a favor de los recortes y prefieran rebajar las ayudas económicas, pues cada euro cuenta. Sin embargo, no tiene el mismo valor en unas manos que en otras. Tener unas monedas menos en los bolsillos en apoyo a los más desfavorecidos, es un pequeño gesto de gran importancia que se hace sentir en los países empobrecidos. Los proyectos de cooperación contribuyen a la redistribución equitativa de la riqueza para favorecer la mejora de las condiciones de vida y el acceso a los servicios sanitarios, educativos y culturales, así como el bienestar de sus poblaciones. Contribuir a hacer del mundo un lugar mejor para todos

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viernes, 27 de abril de 2012

> Reducir las desigualdades, no las ayudas


La cooperación española para la ayuda al desarrollo prevé una rebaja al 0,25% del PIB  para el 2012. Centra los esfuerzos en las regiones más empobrecidas de Iberoamérica, en aquellas del norte de África embarcadas en una transición democrática, en África subsahariana Occidental y a programas que tengan que ver con los sectores de agua, salud, educación y buena ‘gobernanza’.

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha explicado en su primera intervención ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso las líneas generales de los recortes de España en la cooperación internacional debido a los problemas económicos. Ha reconocido que en épocas de crisis como la actual habrá que “hacer más con menos” y buscar “más calidad, más eficacia y más transparencia y un mayor impacto” de la ayuda al desarrollo. El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, en su gobierno ya anunció que España no podría asumir la meta de llegar al 0,7% del PIB en ayuda para el desarrollo. Según el diario El País, “al menos 900 de los más de mil millones que debe recortar el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación corresponderían a las partidas de la ayuda al desarrollo[…]”.  Esta reducción obliga a seleccionar las organizaciones que mejor administren los recursos en la lucha contra la pobreza. En concreto, ha citado organismos que priorizarán el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, UNICEF, ONUSIDA y ONUHABITAT.

Diversas ONG como Intermón Oxfam, Entreculturas y Manos Unidas muestran su preocupación ante los recortes de 1.016 millones de euros, el 40% respecto al presupuesto del 2011, que pueden afectar a derechos importantes del ser humano como la educación y la salud. El Director del Instituto de Salud Global de Barcelona, Pedro Alonso, insiste en que "hay que explicar bien a la sociedad española que a base de recortar la cooperación internacional no vamos a arreglar nuestro déficit. Rebajar la ayuda no soluciona nada a España y, sin embargo, son millones de euros que dejarán de resolver problemas para los más desfavorecidos". La sensibilización y el fomento de una cultura de solidaridad global son las prioridades del Plan Director 2009-2012 de la Cooperación Española. La pobreza y la desigualdad entre países ricos y empobrecidos son problemas de importancia mundial. Los resultados de la encuesta llevada a cabo por la Fundación Bill y Melinda Gates en colaboración con UNICEF España, reflejan claramente que a pesar de estar en una política de austeridad debido a la coyuntura económica, la opinión pública española apoya mantener el compromiso económico de ayuda internacional. Indican que “el 55% de la población española cree que destinar un 0,46% del PIB es ‘muy poco’ o ‘solo razonable’. Los jóvenes de entre 18 y 24 años son los que más desean un incremento de la ayuda”. Esto contrasta con lo recortes planteados por el gobierno sobre las ayudas a las personas más desfavorecidas. La reducción del gasto va más allá de perjudicar la posición de España en el mundo pues, cada euro invertido ayuda a salvar vidas.  Gracias a una contribución moralista o interesada, España se ha hecho lugar en el G-20, ha aspirado a presidir la FAO y figura entre los principales donantes del Fondo Mundial contra el Sida.

La reducción de las remesas por la crisis no es la respuesta más favorable hacia el cumplimiento de los Objetivos del Milenio (ODM) por parte del Gobierno y tampoco la más compartida por los ciudadanos. Esto genera un ambiente con esencia egoísta sobre qué es lo mejor que se puede hacer y cómo repartir el dinero en tiempos económicos desfavorables. Es comprensible que quienes se vean más castigados por la crisis, estén a favor de los recortes y prefieran rebajar las ayudas económicas, pues cada euro cuenta. Sin embargo, no tiene el mismo valor en unas manos que en otras. Tener unas monedas menos en los bolsillos en apoyo a los más desfavorecidos, es un pequeño gesto de gran importancia que se hace sentir en los países empobrecidos. Los proyectos de cooperación contribuyen a la redistribución equitativa de la riqueza para favorecer la mejora de las condiciones de vida y el acceso a los servicios sanitarios, educativos y culturales, así como el bienestar de sus poblaciones. Contribuir a hacer del mundo un lugar mejor para todos

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