lunes, 7 de mayo de 2012

> Copiar y pegar: Artículo de El País


Este artículo salió el domingo 6 de mayo en la sección de Opinión: defensor del lector. Escrito por Tomás Celclós.
[...]Ha sido precisamente el interés que despertó en un lector, Elías Cueto, el artículo Las preguntas que importan, publicado en El País Semanal el pasado domingo, lo que le llevó a un penoso descubrimiento. El texto alberga párrafos copiados, literalmente o casi, de un opúsculo de 14 páginas que puede consultarse en Internet.
Lo explica así: “Leo con interés el artículo. Fascinado por la cita de Marilee Goldberg de la página 32, decido buscar en Internet algún dato adicional sobre ella y me encuentro la siguiente referencia:http://www.theworldcafe.com/pdfs/aopq.pdf. ¿Son ustedes conscientes del tremendo parecido entre ese documento y el artículo publicado por Miriam Subirana? Creo que, como lectores de EL PAÍS, nos merecemos algo mejor”.

En la carta, el lector alude a la práctica de copiar y pegar que la existencia de Internet facilita en extremo y habla de una sociedad digital mal entendida. A la vista de todo ello, prosigue, “uno entiende ciertas cosas sobre la crisis de la profesión periodística”.
Desde luego, los editores en la redacción no eran conscientes de ello. En el trato con colaboradores habituales se establece una relación de confianza que casos como este perjudican seriamente. En el mercado hay programas que cotejan un original con la documentación disponible en la Red para detectar apropiaciones intelectuales. Sería muy triste, y seguramente impracticable, tener que introducir estas herramientas en las redacciones para comprobar si se respeta, y reconoce debidamente, el trabajo ajeno en todos los originales que se manejan.
En la breve bibliografía que la responsable del artículo adjunta se citaThe art of powerful questions. Catalyzing insight, innovation and action,de Eric E. Vogt, Juanita Brown y David Isaacs (Whole Systems Associates). Sin embargo, en el cuerpo del artículo no se hace ninguna alusión al mismo a pesar de que aparecen frases y párrafos copiados. Según el rastreo realizado con el contador del procesador de textos, de un artículo cuyo cuerpo central tiene 1.404 palabras, más de 550 figuran en frases traducidas tal cual, o con alguna supresión insignificante, del mencionado original. Lo que supone un tercio de lo publicado. En Internet también está disponible una traducción al castellano de la pieza original cuyo copyright data de 2003. Según la Real Academia, plagiar consiste en “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Subirana ha respondido que “lamento que un error por mi parte no haya dejado claro el origen de algunas frases”.[...]
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Aquí he copiado parte del artículo publicado en EL País, si quieres leer más, el artículo original y entero esta en Copia y Pega: Artículo de El País.

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lunes, 7 de mayo de 2012

> Copiar y pegar: Artículo de El País


Este artículo salió el domingo 6 de mayo en la sección de Opinión: defensor del lector. Escrito por Tomás Celclós.
[...]Ha sido precisamente el interés que despertó en un lector, Elías Cueto, el artículo Las preguntas que importan, publicado en El País Semanal el pasado domingo, lo que le llevó a un penoso descubrimiento. El texto alberga párrafos copiados, literalmente o casi, de un opúsculo de 14 páginas que puede consultarse en Internet.
Lo explica así: “Leo con interés el artículo. Fascinado por la cita de Marilee Goldberg de la página 32, decido buscar en Internet algún dato adicional sobre ella y me encuentro la siguiente referencia:http://www.theworldcafe.com/pdfs/aopq.pdf. ¿Son ustedes conscientes del tremendo parecido entre ese documento y el artículo publicado por Miriam Subirana? Creo que, como lectores de EL PAÍS, nos merecemos algo mejor”.

En la carta, el lector alude a la práctica de copiar y pegar que la existencia de Internet facilita en extremo y habla de una sociedad digital mal entendida. A la vista de todo ello, prosigue, “uno entiende ciertas cosas sobre la crisis de la profesión periodística”.
Desde luego, los editores en la redacción no eran conscientes de ello. En el trato con colaboradores habituales se establece una relación de confianza que casos como este perjudican seriamente. En el mercado hay programas que cotejan un original con la documentación disponible en la Red para detectar apropiaciones intelectuales. Sería muy triste, y seguramente impracticable, tener que introducir estas herramientas en las redacciones para comprobar si se respeta, y reconoce debidamente, el trabajo ajeno en todos los originales que se manejan.
En la breve bibliografía que la responsable del artículo adjunta se citaThe art of powerful questions. Catalyzing insight, innovation and action,de Eric E. Vogt, Juanita Brown y David Isaacs (Whole Systems Associates). Sin embargo, en el cuerpo del artículo no se hace ninguna alusión al mismo a pesar de que aparecen frases y párrafos copiados. Según el rastreo realizado con el contador del procesador de textos, de un artículo cuyo cuerpo central tiene 1.404 palabras, más de 550 figuran en frases traducidas tal cual, o con alguna supresión insignificante, del mencionado original. Lo que supone un tercio de lo publicado. En Internet también está disponible una traducción al castellano de la pieza original cuyo copyright data de 2003. Según la Real Academia, plagiar consiste en “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Subirana ha respondido que “lamento que un error por mi parte no haya dejado claro el origen de algunas frases”.[...]
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Aquí he copiado parte del artículo publicado en EL País, si quieres leer más, el artículo original y entero esta en Copia y Pega: Artículo de El País.

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